Reptiles
Un equipo integrado por investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Laura Vega, Oscar Stellatelli, Carolina Block, Enrique Madrid; Foto 1), del Instituto de Bio y Geociencias del NOA (Sebastián Quinteros) y de la Secretaría de Medio Ambiente de la Municipalidad de General Pueyrredón (Patricio Bellagamba) dieron a conocer a través de un artículo Científico publicado a principios de 2018 en la revista Zootaxa (4379:539-555) el descubrimiento de una nueva especie de lagartija endémica de las sierras de Tandilia en la provincia de Buenos Aires (Foto 2). Esta nueva especie fue denominada Liolaemus absconditus o “lagartija oculta” (Foto 3), respondiendo a su tendencia a la poca exposición en los ambientes abiertos. Entre las características morfológicas más relevantes se destacan el tamaño corporal relativamente pequeño, 17 cm desde el hocico hasta el extremo posterior de la cola; la coloración dorsal homogénea marrón-grisácea, con dos bandas marrón claro muy tenues y sin variación entre sexos. La lagartija oculta es insectívora, ovípara y de hábitos estrictamente saxícolas, es decir, que vive en zonas rocosas (Foto 4). Dado que su distribución geográfica está restringida a un área geográfica particular y que no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo, constituye una especie endémica.
Las especies con rangos de distribución limitados y de baja
abundancia pueden enfrentar un alto riesgo de extinción, sobre
todo en áreas que se modifican rápidamente como resultado
de la acción humana. Este hallazgo, además de aumentar
el conocimiento sobre nuestra diversidad biológica, nos pone
frente a la responsabilidad de implementar estrategias de
conservación para el sistema serrano de Tandilia. Actualmente
las sierras de Tandilia constituyen el ecosistema con el menor
grado de protección del sur bonaerense. Algunos especialistas
sostienen la importancia de la creación de un geoparque, ya
que en ellas se preservan las rocas y las estructuras fósiles más
antiguas de la Argentina.
Asimismo posee más de 300 especies de plantas nativas y una gran riqueza de especies endémicas,
algunas de ellas amenazadas. Hasta el momento, la conservación de la lagartija oculta y de la
lagartija de Tandilia (Liolaemus tandiliensis) junto a otras especies de fauna y flora nativa,
cuenta con la persistencia de un paisaje serrano agreste que actúa como refugio y reservorio, pero
que se halla rodeado y amenazado por una intensiva matriz agrícola-ganadera. La escasa superficie
protegida del ecosistema serrano es de 142 hectáreas en la Reserva Natural Sierra del Tigre en Tandil
y de 220 hectáreas en la Reserva Natural Paititi, esta última cercana a la ciudad de Mar del Plata y
dedicada a la conservación y a la producción agrícola-ganadera sustentable. El bajo nivel de protección
de las sierras de Tandilia contrasta con el de otros ambientes de la región y merece prioridad en
futuras planificaciones de conservación.
Conservar nuestra diversidad biológica no sólo radica en el sentido moral o ético que la sociedad humana tiene con otras formas de vida, sino también, en un sentido económico-práctico basado en la justa valoración de la biodiversidad como el conjunto de recursos biológicos indispensables para la supervivencia y calidad de vida de las poblaciones humanas.