Mamíferos
Es normal encontrar mucha gente con miedo o aprehensión a los murciélagos, esto se debe por un lado a una buena cantidad de mitos que se encuentran muy arraigados en nuestra sociedad, y por otro a ciertas verdades. Comenzando por el primer grupo, debemos aclarar que no se enredan en el pelo de la gente, poseen un sistema de ecolocalización similar al de los delfines que les permite esquivarnos con gran facilidad; no todos se alimentan de sangre, de las más de mil doscientas especies que existen sólo tres son hematófagas y ninguna de ellas se alimenta de humanos; también es importante mencionar que no siempre que encontramos un murciélago en el suelo y de día este está enfermo, pueden caer por inexperiencia en el vuelo, por chocar con un vidrio (en los cuales no rebota el sonido que emiten para ecolocalizar) o por accidente (todos nosotros sabemos caminar y a veces tropezamos), el problema es que muchas especies no son capaces de comenzar a volar desde el suelo, necesitan arrojarse desde un sitio alto, por lo que si no consiguen treparse de alguna forma, caigan a la hora que caigan seguirán ahí en el día.
Por el lado de las verdades, debemos decir que los murciélagos
pueden enfermar de rabia y contagiarla, al igual que la
mayoría de los mamíferos, pero a pesar de esto al cruzarnos un
perro callejero no pensamos automáticamente en que debe tener
rabia, cosa que sí suele pasar con los murciélagos, esto se
debe a una mala prensa que ha exagerado el potencial peligro
de estos animales. A pesar de lo que podríamos imaginar, los
murciélagos presentan muy baja incidencia de rabia, por debajo
del 0,05% de la población (en Buenos Aires). Por otro lado sufren
de la llamada “rabia paresiante”, la cual los lleva a morir en muy
poco tiempo luego de enfermar.
Sabiendo esto debemos tener ciertas precauciones:
a) Tener a nuestras mascotas vacunadas con la antirrábica, sobre todo a los gatos, aunque sean
animales de departamento o que sólo salgan a pasear con nosotros.
b) Cuando encontremos un murciélago caído, nunca manipularlo con las manos desnudas, debido a que
pueden tratar de defenderse mordiendo si se sienten en peligro.
Estas recomendaciones no se deben a que sean murciélagos, sino a que son animales silvestres,
por lo que deberíamos tenerlas en cuenta para cualquier animal que no conocemos, incluídos perros o gatos.
Finalmente, debemos aclarar que son animales a los que deberíamos agradecerles más que temerles, por la gran cantidad de servicios ecosistémicos que nos ofrecen según su alimentación. Las especies de murciélagos que viven en las ciudades son insectívoras, cada individuo consume la mitad de su peso en insectos por noche, podríamos calcular que una colonia de 150 individuos consume aproximadamente 1 kilo de insectos por noche, muchos de los cuales pueden ser vectores de enfermedades; por otro lado tenemos especies nectarívoras que ayudan en la polinización de muchas especies vegetales, llevando a cabo durante la noche la misma tarea que las mariposas, abejas y colibríes hacen de día; hay especies frugívoras que dispersan las semillas de los frutos que consumen, colaborando en la regeneración de bosques; también existen especies carnívoras (incluso pescadores) y obviamente los famosos vampiros, a los que también debemos agradecerles, ya que su saliva está siendo estudiada por su naturaleza anticoagulante, con lo que podríamos obtener medicamentos útiles para ciertas cardiopatías.
En caso de tener murciélagos en nuestras casas recomendamos buscar el Protocolo de Exclusión en nuestra página.
Programa de Conservación de los Murciélagos en la Argentina